Premio Carlos Cano 2019 para las vecinas y vecinos de la Zona Norte de Granada, que luchan contra los cortes de luz
Carlos Cano premia la lucha de la Zona Norte
Paco Vigueras
Periodista y coordinador de Granada Abierta
Carlos Cano sigue vivo a través
de sus canciones, que nos sirven de inspiración para conceder el premio que
lleva su nombre y con el que mantenemos viva su memoria. Un premio que cuenta
con el apoyo de Alicia, Paloma y Amaranta, familia del cantautor granadino, y
de muchos admiradores que no olvidan el compromiso ético de Carlos en defensa
de los excluidos.
Por este motivo, Granada Abierta ha entregado este año el
premio a las vecinas y vecinos de la Zona Norte por su lucha contra los cortes
de luz. Queremos apoyar así la reivindicación de estos vecinos que se sienten
discriminados por la compañía eléctrica Endesa y reclaman un derecho básico
para vivir dignamente como es la luz, porque la Zona Norte también es Granada. Precisamente,
Carlos Cano cantaba: "Algo pasa aquí, por el Sur, mucho sol y poca
luz".
Granada
Abierta lleva 24 años premiando a colectivos solidarios que luchan por el
diálogo intercultural, por la igualdad y por la justicia social, valores que
Carlos nos transmitió en su cancionero reivindicativo y popular. Así lo hizo en
su canción La hoguera, cuando decía: “Escucha el grito de los que yacen
injustamente tirados en la calle como animales, madre”. Por eso, en una edición
anterior, concedimos el premio a Stop Desahucios, que lleva años
luchando por el derecho a una vivienda digna. También nos cantó El
Salustiano, en la que Carlos decía: “No creo que el sombrero les
toque en la tómbola a esos gachos trajeados que no valen na, que lo roban y lo
roban, con cuatro palabritas finas lo roban”. lo
que nos indujo a entregar el premio a la Plataforma Pobreza Cero, por la
labor que están haciendo en defensa de las víctimas de la crisis económica,
provocada por especuladores y gobiernos corruptos.
Tampoco olvidamos su disco A duras penas,
con una letra impactante como La Miseria: “Vengo de abajo, de un valle
podrido de yerba, donde no existe el futuro, sólo la miseria”. Por este
motivo, la Red Granadina de Refugio y
Acogida recibió también el premio que lleva su nombre para reconocer su
labor solidaria con los refugiados que huyen de la guerra.
El colectivo Amani fue otro de los
premiados. Amani significa Paz en swahili, una de las lenguas más habladas
del África subsahariana. Reconocíamos así el esfuerzo de este grupo de
activistas que ha creado un espacio de acogida para inmigrantes. Amani
nos recordó la canción de Carlos titulada Por el mar de los sueños, una
letra solidaria con los inmigrantes de las pateras: “En la noche perdida por el
mar de los sueños navega a la deriva esta canción”.
Carlos Cano ha creado escuela en una nueva generación de cantautores. Su
canción Abril para Vivir da nombre a un festival internacional que
dirige Juan Trova. Y jóvenes músicos siguen interpretando sus canciones más emblemáticas,
como la Verdiblanca, que es el segundo himno de Andalucía, o la Murga
de los currelantes, que es como la Internacional con acento andaluz.
José Saramago dijo en cierta ocasión: “Carlos Cano no quiso hacer otra
cosa, en toda su vida, que cantar el ser que era. Esa es la razón por la que su
presencia continuará viva en la memoria de Granada y Andalucía”.
Alicia Sánchez, viuda del cantautor granadino, entregó el Premio Carlos Cano 2019 a una representación de las vecinas y vecinos de la Zona Norte, que se sienten maltratadas por la compañía eléctrica Endesa, por los continuos cortes de luz. El acto fue organizado por Granada Abierta en colaboración con la Fundación Euroárabe de Altos Estudios.
En la mesa, Carmen Caballos, portavoz de la Plataforma Granada Abierta, acompañada por Ana Gómez, Paqui Sojo, Rosario García y Teresa Heredia, vecinas de la Zona Norte, afectadas por los cortes de luz.
El cantautor Juan Croché interpretó canciones emblemáticas como la Blanca y Verde y la Murga de los currelantes, durante la entrega del Premio Carlos Cano 2019, concedido a las vecinas y vecinos de la Zona Norte que luchan contra los cortes de luz.
Cartel diseñado por José Manuel Vigueras
Carlos Cano premia al colectivo Amani
Francisco Vigueras
Coordinador de Granada Abierta
Con el Premio Carlos Cano mantenemos viva la memoria y el compromiso del cantautor granadino que se nos fue hace 18 años, pero nos dejó un riquísimo cancionero. Este año, hemos premiado al colectivo Amani, que significa Paz en swahili, una de las lenguas más habladas del África subsahariana. Reconocemos así el esfuerzo de este grupo de activistas que ha creado un espacio de acogida para inmigrantes, cuando llegan desorientados y desamparados a nuestra ciudad. Ocho solicitantes de asilo han recogido este galardón en la Fundación Euroárabe. Representan a los inmigrantes de otros tantos países africanos, residentes en Granada.
Como dice Carmen Caballos, veterana activista de los derechos humanos y portavoz de Granada Abierta: “con este premio hemos querido dar fuerza y ánimo a estos jóvenes valientes y luchadores, que han tenido que cruzar medio continente, con muchas dificultades en su camino. Aunque ya están con nosotros, les queda aún un largo camino para vivir en condiciones de igualdad en nuestro país”. Amani nos hace recordar la canción Por el mar de los sueños, la letra solidaria con los inmigrantes de las pateras, compuesta por Carlos en 1989: “En la noche perdida por el mar de los sueños navega a la deriva esta canción”.
Carlos fue un compositor incansable a favor de los perseguidos y los marginados. Sus canciones reivindicativas y solidarias nos sirven de inspiración para conceder este premio, que ha alcanzado ya la 23 edición, con el apoyo de su viuda Alicia Sánchez y sus hijas Paloma y Amaranta Cano. En su disco A duras penas, encontramos letras como La Miseria: “Vengo de abajo, de un valle podrido de yerba, donde no existe el futuro, sólo la miseria”. Por eso, el año pasado, dimos el premio a la Red Granadina de Refugio y Acogida, en solidaridad con los refugiados que huyen de la guerra.
En el mismo disco incluyó La hoguera: “Escucha el grito de los que yacen injustamente tirados en la calle como animales, madre”. Y el premio fue para Stop Desahucios, ejemplo de tenacidad en la lucha por el derecho a la vivienda. Más tarde, nos volvió a conmover con la canción: “Hijo de la calle, de este tiempo que no acaba, está desesperado. Me dice: hermano la cosa está fea. Lo miro, me callo y pienso para mí: Si estuvieran abiertas todas las puertas”. Y nos indujo a entregar el premio a Pobreza Cero, por la labor que están haciendo en defensa de las víctimas de la crisis económica, provocada por gobiernos corruptos y especuladores.
A través de su música, Carlos Cano se solidarizó con el pueblo saharaui, con las víctimas de la guerra en los Balcanes o con los desaparecidos de la dictadura argentina, escribiendo su célebre Tango de las madres locas. También apoyó la memoria histórica con la canción titulada El caso Almería, en la que rindió homenaje a los tres jóvenes asesinados por la Guardia Civil, durante la violenta transición: “Si por Gergal pasaras la curva de la muerte, lleva claveles rojos y acuérdate de Juan, y acuérdate de Cobo, que nadie olvide nada, que quien olvida paga, acuérdate de Luis. Así acaba esta historia, que con sangre escribieron”. Dedicó una canción a Lucrecia, la inmigrante dominicana que fue asesinada por el racismo: “Por la pared va un alacrán, y el corazón con su aguijón te comerá, merecumbé, merecumbá”.
Y se proclamó Mestizo: “Moreno pardo de cobre, criollo, morisco y zambo, cambujo, lobo y coyote, soy mestizo, soy mulato – decía-. Por eso, concedimos el premio a Juan de Loxa, primer director de la Casa Museo García Lorca, el poeta del mestizaje. Y entre sus canciones más reivindicativas, no hay homenaje dedicado a Carlos que no incluya la Verde, blanca y verde. El cantautor Juan Trova, director del Festival Abril para Vivir, interpretó las canciones más emblemáticas de Carlos Cano y convirtió la entrega del premio en una auténtica fiesta al ritmo de La murga de los currelantes, que es como la Internacional con acento andaluz.
Vivimos en una sociedad injusta y esquizofrénica
Carmen Caballos
Portavoz de Granada Abierta
Esto se hace más patente en el tema de la inmigración. Todos sabemos que en la historia de la humanidad las inmigraciones han existido y seguirán existiendo. Nuestro país es un claro ejemplo de ello. No sólo en tiempos de guerra o persecuciones políticas se dan estos fenómenos, sino también se producen por el anhelo justo de las personas de todos los continentes y todas las épocas de tener una vida más digna y en mejores condiciones. Es lo que hacen aún hoy los jóvenes de nuestro país, que salen de nuestro país buscando para sus vidas mejores horizontes.
Sin embargo, tanto la UE como España (y no digamos ya la Amèrica de Trump) se ofuscan al no reconocer que este fenómeno es irreversible. Mientras las desigualdades sigan siendo tan obscenas entre unos países y otros, las personas seguirán emigrando para buscar mejores condiciones de vida para ellos y sus hijos. COMO HARÍAMOS TODOS NOSOTROS.
Sin embargo, las políticas de los dirigentes se centran principalmente en colocar vallas con concertinas, barcos de vigilancia, contruscción de CIES, leyes coercitivas o en enviar ríos de dinero a los países limítrofes, donde sabemos con seguridad que los Derechos Humanos son conculcados continuamente, para que sean ellos los que paren y obstaculicen la salida de los inmigrantes. Ante esto ¿qué podemos hacer? No hay duda de que los ciudadanos nos tenemos que organizar para derribar estas políticas injustas y demostrar con nuestra acción que UNA ACOGIDA HUMANITARIA es posible. Y eso es lo que están haciendo en distintos puntos de España con iniciativas diversas.
Granada Abierta, como su nombre indica, quiere impulsar una ciudad acogedora, donde quepamos todos en igualdad de oportunidades. Por eso, premia la iniciativa surgida el pasado mes de agosto en nuestra ciudad para poner un granito de arena más, CONSTRUCTIVO, en el tema de la inmigración. GRANADA ABIERTA ha considerado que el Premio Carlos Cano 2108, alentaría iniciativas de esta índole.
Quiero terminar leyendo una estrofa de Miguel Hernández que, aunque escrita en otro tiempo y otra circunstancia, expresa muy bien lo que todos sentimos y hacer, por último, una petición a todos los aquí presentes. La estrofa dice así: "Que mi voz suba a los montes y baje a la tierra y truene, eso pide mi garganta, desde ahora y desde siempre".
Y por último, quiero pedir un aplauso para los nuevos granadinos recién llegados que están hoy entre nosotros, que han tenido que recorrer cientos de kilómetros con mucha valentía para llegar hasta aquí y que, a pesar de ello, les queda aún un largo y difícil camino que recorrer para poder vivir entre nosotros dignamente. Un aplauso para ellos.
Palabras de agradecimiento del centro de acogida Amani
Moiss Benitel Haba
Portavoz de colectivos inmigrantes residentes en Granada
En nombre de todos los inmigrantes que nos consideramos parte del centro de acogida Amani, deseamos de todo corazón, dar las gracias a la Plataforma Granada Abierta por vuestro compromiso, cercanía y sensibilidad para con nosotros, jóvenes migrantes procedentes de diversos países de África (Guinea-Conakry, Costa de Marfil, Senegal, Malí, Camerún, Marruecos, Sierra Ldeona, Gambia, Centro África, etc...)
El nivel de conocimiento de la lengua española con la que me estoy expresando, el trato y respeto humano recibido, así como todas las ayudas recibidas, no hubieran sido posible sin un espacio como es Amani. Sois nuestros amigos, sois personas amadas por nosotros.
Para nosotros jóvenes , habéis sido necesarios para poder conocer vuestra cultura y llegar, poco a poco, a la integración. Gracias a vosotros, ahora tenemos una buena base que nos ayudará para progresar en las etapas que aún nos quedan por delante, aunque ahora nos parezcan inciertas.
Vuestra ayuda y cercanía nos han permitido poder ir curando nuestros sufrimientos y penas de nuestro pasado. Si ahora nos encontramos bien, si ahora estamos contentos y sonreímos es gracias a vosotros. Nuestro agradecimiento nunca será suficiente. Eso nos hace estar muy orgullosos de vosotros. Habéis sido y continúa siendo una gran bendición para nosotros jóvenes.
Para concluir, los jóvenes que hemos pasado por el centro de acogida Amani, queremos volver a agradecer, desde el corazón, a la Plataforma Granada Abierta. Sin olvidar a las numerosas personas que han dedicado su tiempo, su creatividad, su ayuda, sobre todo, nos han transmitido mucho amor. Todo ello nos emociona profundamente.
Ahora nos sentimos mucho más seguros, fuertes y con ganas para tomar nuestras vidas en nuestras manos. Hemos visto con vosotros que la Gestión Humanitaria y Solidaria no consiste sólo en un análisis, pertenece a quienes la creen y la ponen en práctica todos los días, apostando y arriesgando, a pesar de los pesares. Vosotros "Granada Abierta" pertenecéis a ese grupo de personas que favorecen y empoderan las vidas de los jóvenes migrantes. Nos mantendremos por siempre agradecidos por vuestra ayuda humanitaria. Os queremos. ¡Gracias!
Tras su emotiva intervención, Moise Bénitel Haba, portavoz de los colectivos inmigrantes que residen en Granada, recibió una fuerte ovación.
El Premio Carlos Cano 2018 fue recogido por nueve solicitantes de asilo en representación de los colectivos inmigrantes que residen en Granada: Moiss Bénitel Haba de Guinea Kinakry, Gomez Gonsan de Costa de Marfil, Mahmund AG Mohamed de Malí, Abdoul Aziz N'Diaye de Senegal, Bilal Bouayadi de Marruecos, Dalemet Rebaile Armand Magloire de Centro África, Mohamed Lamine Daffay de Sierra Leona, Flomou Sanyou de Camerún y Ebrima Badji de Gambia.
Moiss Bénitel Haba, de Guinea Konakry, muestra la Granada Abierta de Carlos Cano que acaba de entregarle Alicia Sánchez, viuda del cantautor granadino.
Juan Trova interpretó canciones comprometidas y solidarias de Carlos Cano:
Por el mar de los sueños, La Miseria o la Murga de los currelantes, que convirtió la entrega del Premio en una auténtica fiesta.
Premio Carlos Cano 2017 para la Red Granadina para el Refugio y Acogida (Redgra), por su compromiso con inmigrantes y refugiados, y por denunciar la preocupante escalada del racismo
Carlos Cano denuncia el
alacrán del racismo
Francisco Vigueras y Juan Antonio Díaz
Granada Abierta
Granada Abierta ha premiado este
año a la Red Granadina de Refugio y Acogida por su labor solidaria con inmigrantes
y refugiados, y por denunciar la preocupante escalada del racismo. Un galardón
que entregarán Alicia y Amaranta, familia de Carlos Cano, el próximo 12 de
diciembre, a las 19:00 horas, en la Fundación Euroárabe, que lleva años
colaborando en la entrega de este premio, uno de los mayores reconocimientos
sociales de Granada. También estarán con nosotros Carmen Caballos, veterana
activista de los Derechos Humanos, y Juan Trova, que interpretará las canciones
más emotivas de Carlos.
A la hora de conceder este
premio, que lleva el nombre de Carlos Cano, somos fieles a los valores que nos
transmitió con su música el cantautor granadino. La canción que dedicó a Lucrecia
se ha convertido en un símbolo contra el racismo y un homenaje a la dominicana
asesinada en Madrid por unos malvados que no soportaban el color oscuro de su
piel: “Pobre Lucrecia – cantaba Carlos -, tan pobre y negra, te vengará un
andaluz, a la luz de la Luna, cantando el vudú”. Y después arremetían contra
los racistas: “Por la pared va un alacrán y el corazón con su agijón te comerá,
merecumbé, merecumbé, merecumbá”.
Precisamente, hemos recordado esta
canción de Carlos al ver las imágenes estremecedoras que nos llegan desde
Libia. Inmigrantes africanos subastados
como esclavos. Pensábamos que los negreros y la esclavitud eran cosa del siglo
XIX; pero no, está pasando ahora mismo, en la orilla sur del Mediterráneo, en
el siglo de las nuevas tecnologías. Esta es la
herencia dejada por Estados Unidos en el país norteafricano, tras
derrocar al coronel Gadafi, un Estado fallido a merced de las mafias que actúan
con absoluta impunidad.
Las imágenes más repugnantes son
las que muestran los cuerpos mutilados por la tortura, sin piedad y sin pudor, de
este nuevo holocausto. Colgados de cuerdas por los pies como si fueran animales
en un matadero. O esa mujer negra, pateada en el vientre por un esclavista, que
nos recuerda a la Lucrecia de Carlos. Los verdugos ni siquiera ocultan su cara.
¿para qué?, se sienten impunes. Al fin y al cabo –piensan-, quién se va a
preocupar por estos “negros” en la Europa insolidaria; ese viejo continente,
cada vez más xenófobo.
Carlos Cano luchó contra la lacra del
racismo, sembrando con sus canciones la semilla de la tolerancia y el respeto a
la diferencia: “Moreno pardo de cobre, criollo morisco y zambo, cambujo, lobo y
coyote, soy mestizo, soy mulato”, cantaba en el año 1992. Tampoco podemos
olvidar aquella otra canción que tituló La
hoguera, en su disco A duras penas,
en la que denunciaba: “Escucha el grito de los que yacen injustamente, tirados
por la calle como animales…” Y por supuesto La
Miseria, que parece escrita para los inmigrantes y refugiados de hoy:
“Vengo de abajo, de un valle podrido de yerba, donde no existe el futuro, sólo
la miseria”.
Carlos fue el gran impulsor de Granada
Abierta, hasta que su corazón se paró el 19 de diciembre de 2000, pero nos dejó
sus canciones. Sabemos que estaría muy orgulloso del premio que entregamos, en
su nombre, a la Red Granadina de Refugio y Acogida.
Premio Carlos Cano 2016 para Pobreza Cero, por su labor solidaria con las víctimas de las crisis económica, provocada por gobiernos corruptos y especuladores.
Carlos
Cano premia a la Plataforma Pobreza Cero
Francisco Vigueras y Juan Antonio Díaz
Granada Abierta
En diciembre lo teníamos en casa,
después de llevar la voz de Andalucía por el mundo. Ofrecía el último concierto
de la temporada a su gente, en su Granada. Nos despedíamos del año con sus
coplas, murgas y tangos. Hasta que un día, la ciudad que vio nacer al greñúo
del Realejo, también lloró su muerte. Han pasado 16 años desde que perdimos a
Carlos Cano. María la portuguesa le cantó un fado al oído, en un intento
desesperado de salvarle la vida, pero su corazón dejó de latir el 19 de
diciembre del año 2000, a
las cinco de la madrugada.
Recuerdo que miles de granadinos acompañamos
a Carlos en el último viaje a la colina de la Alhambra, donde encontró la
tristeza del rey Boabdil. Carlos fue el último rey moro de Granada que se
marchó cantando “y yo tan campante, en mi elefante, con mi chilaba y mi
turbante”. Dimos el último adiós a un
trovador solidario, que nos dejó para el recuerdo la murga de los currelantes,
el tango de las madres locas, el grito desgarrador por la muerte de Lucrecia
Pérez y la bella canción infantil “Así cantan los niños cubanos” en homenaje a
la dignidad y a la resistencia del pueblo de Cuba, frente al bloqueo impuesto
por Estados Unidos. Ultimo adiós a un andaluz que cantó a la verdiblanca, a la tolerancia
y al mestizaje. Sus canciones son como una hoguera en la que pueden calentarse
mestizos y mulatos, gitanos, moriscos y zambos. Es decir, los excluidos.
Pero Carlos sigue vivo, entre nosotros, a
través de sus canciones. “Abril para vivir” florece todas las primaveras en un
festival de jóvenes cantautores, dirigido por Juan Trova, que se celebra en las
calles y plazas de Granada. Y nosotros, compañeros y amigos de Carlos, hemos
creado un premio que lleva su nombre, con el apoyo de Alicia Amaranta y Paloma,
familia del cantautor granadino, y de muchos admiradores que vienen incluso de
Bilbao, Madrid o Valencia. La Granada Abierta de Carlos Cano nos recuerda su compromiso
con la justicia y los derechos humanos.
Carlos Cano lleva ya 16 años
premiando la solidaridad y el diálogo intercultural. Los Escolapios fueron los primeros en recibir su Granada Abierta
por restaurar un Corán del siglo XV que se salvó de la quema de libros en Plaza
de Bib-Rambla. En años sucesivos, obtuvieron el galardón la Casa-Museo de García Lorca en Fuente Vaqueros, por
considerar a Federico como el poeta del mestizaje; el escritor Felipe Romero, por contribuir con su
obra literaria a recuperar la
Granada de las Tres Culturas, o Carmen Sarmiento, por su periodismo comprometido con los
marginados.
También lo han recibido nombres
de prestigio social y sólidos principios éticos como José Chamizo, ex Defensor del Pueblo Andaluz; Federico Mayor Zaragoza, por su aportación al diálogo entre
civilizaciones; Ada Colau por su lucha contra los desahucios; Carmen y Carlos
por defender los derechos de los “currelantes”, como decía Carlos Cano.
Y completan la lista de
galardonados, en ediciones anteriores, asociaciones como Granada Acoge, por su labor solidaria con los inmigrantes; Promoción Gitana, que representa a esa
comunidad perseguida desde los tiempos de los Reyes Católicos; el proyecto
educativo Lengua árabe y su Cultura en la Enseñanza Secundaria de la Universidad
de Granada; Vacaciones en Paz para los niños saharauis; Rumbo a Gaza contra la
ocupación de Palestina por el régimen de Israel o Médicos sin Fronteras, los
héroes de bata blanca que actúan en zonas de conflicto.
Y este año, la Granada Abierta de
Carlos Cano ha premiado a la Plataforma Pobreza Cero por su labor solidaria con
las víctimas de la crisis económica, una crisis provocada por gobiernos
corruptos y especuladores. Precisamente, este premio nos recuerda la canción
del Salustiano, en la que Carlos decía: “No creo que el sombrero les toque en
la tómbola a esos gachos trajeados que no valen na, que lo roban y lo roban,
con cuatro palabritas finas lo roban.
Con este premio, además,
mantenemos vivo el compromiso ético de Carlos Cano que ha creado escuela en una
nueva generación de cantautores, como Juan Trova, María Martín o Raúl Alcover,
que continúan interpretando sus canciones más emotivas y populares. Estamos
convencidos de que Carlos estaría muy orgulloso de este premio. José Saramago
dijo en cierta ocasión: “Carlos Cano no quiso hacer otra cosa, en toda su vida,
que cantar el ser que era. Esa es la razón por la que su presencia continuará
viva en la memoria de Granada”.
La pobreza en Andalucía y en nuestra Granada, en particular, es bochornosa
Pepe Márquez e Inés Barrio
Vivimos en una ciudad que dicen
que es la más bonita de España. Es posible que así sea, nuestra Gran
Vía tiene farolas de diseño; nuestra Puerta Real, losetas de mármol, y nuestro
Palacio de Congresos piedras de Guatemala. No nos falta de na. El salón está
precioso para recibir a las visitas, pero ¡como entremos en la cocina y en los
dormitorios! Eso puede ser otra cosa.
Yo he oído decir que de cada tres
niños y niñas andaluzas, una vive en la pobreza: ¿Sabéis lo que eso significa?
¿Sabéis lo que se esconde detrás de esas estadísticas? Nada más y nada menos
que a un niño o a una niña de carne y hueso; una niña que el año que viene
tendrá un 70% de posibilidades de fracasar en la escuela, esconden a una niña
que no es bonita, que está sucia, que se le caen los mocos, que no es rubia, ni
tiene los ojos azules, ni viste bonito, ni habla fino, Pero si miráis a vuestro
alrededor ¿dónde está esa niña que no se ve? ¡Nadie la ve!
Sencillamente, la tienen
escondida para que no afee nuestra linda ciudad. Para que no afecte a los
sentimientos de los que tienen niños bonitos, porque algunos tienen un corazón
muy sensible para ver eso y es mejor pensar que esa niña no existe. Así que
nadie la ve, la tienen escondía, como escondemos la basura debajo de la
alfombra antes de que lleguen las visitas. Ni vemos a esa niña, ni vemos a su
hermano, ni a su madre, ni
a abuelo, ni a sus primos. Todos
están escondidos. ¡No se vayan a asustar los turistas! No vaya que nos quiten
el título de ciudad más bonita de Andalucía y perdamos ese orgullo granadino.
Pero en la Plataforma Pobreza
Cero nos hemos empeñado en hablarle a la gente de ese niño y de esa niña
escondida. De levantar las alfombras y correr los sillones ¡para que se vea la
mierda! Nos hemos empeñado en enseñar los problemas de esa niña, que es mucho
más que una estadística, de esa niña y de todos los niños del mundo, porque
humanidad no hay más que una. Nos hemos empeñado en que sus problemas y los
problemas de los refugiados, y de los inmigrantes, y de todo aquel que afea
nuestras calles, sean la prioridad absoluta de todas nuestras políticas.
Que nuestros políticos se enteren
que no queremos farolas nuevas, sino gentes con casa, que no queremos losetas
de mármol, sino escuelas llenas de ilusiones, que no queremos piedras de
Guatemala, sino casas calentitas en invierno, que no queremos fiestas sin
refugiados ni inmigrantes sin techo.
Nos hemos empeñado en que las
personas se enteren , aunque les moleste a algunas; que los turistas se
enteren; sí, los turistas también, que se enteren de una vez que esa niña
existe, y que ese niña no desayuna, que almuerza bien cuando hay escuela y,
cuando no, lo que caiga; que cena lo que hay, y a veces su madre la manda a la
cama -¡castiga sin cenar!- Siempre hay motivos para castigar a una niña, pero
la verdad es que esa madre no tiene nada que darle y le da vergüenza ¿Sabéis
por qué?
Porque esa madre, y ese padre, y
ese niño y esa niña, pertenecen al millón de andaluces que viven en la extrema
pobreza. ¿Y sabéis lo que es la extrema pobreza? Yo no lo sé muy bien, pero la
extrema pobreza debe ser como un barrio, pero un barrio perdido, porque nadie
lo ve, es como si no existiera. Es el barrio de los ignorados: ¡que no salgan!
¡Que no aparezcan! ¡Que nos ensucian la ciudad!
Pero lo malo es, que ese barrio,
al que hemos bautizado como Barrio de la Extrema Pobreza, cada día es más
grande, porque cada año que pasa su población aumenta en un 1%, y ya mismo, a
este ritmo, para el 2022 van a vivir en ese barrio olvidado, ignorado, el de la
Extrema Pobreza, la mitad de los andaluces.
Y lo malo, como si hubiera algo
bueno, es que al lado de ese barrio, hay otro, algo mejor, algo más limpico y
ordenado, el Barrio de los Pobres, a secas, sin extremo. Pero en ese barrio la
gente también tiene su casa fría, y bendito es el que la tiene, que algunos no
tienen casa ni fría ni caliente; la gente no puede arreglar la tele que se
estropeó porque no hay dinero para gastos imprevistos, es un barrio donde la
mitad de sus menores de edad están a punto de mudarse al otro barrio, al
vecino, al de la Extrema Pobreza.
Sí, la mitad de los andaluces
menores de edad están a punto de mudarse al otro, al barrio de los que nada
tienen que perder porque nada tienen.Tened cuidado, que a lo mejor más de uno
de los que estamos aquí terminamos en ese barrio. No, no en el de las farolas
de diseño, ni las losetas de mármol; no, al de las farolas rotas y los suelos
de cemento, porque el presupuesto del Ayuntamiento se terminó en la Gran Vía.
Porque aquí, lo que falta, es
voluntad política para acabar con la pobreza. Nunca hubo tantos recursos en el
mundo, pero sencillamente no se quiere, no es una prioridad ¡si mucho ni votan!
¡Si sus voces no se escuchan! ¡Si no tienen capacidad de incidencia! ¡Si no
molestan mientras están escondidos en su barrio!
Ahora, en nuestra ciudad, tenemos
un ejemplo de esto ¿Dónde están los presupuestos municipales? Los unos por los
otros, la casa sin barrer. ¡Que si yo no te apoyo si sigue Cuenca! ¡Que si yo
con Podemos no voy a ningún lado! ¡Que si el populismo! ¡Que si ése me mira
mal! ¡Que si ése me mira bien! ¿Pero no firmaron todos que combatir la pobreza,
sus causas y consecuencias, iba a ser la prioridad absoluta? ¿No será que es
mejor dejar las cosas como están y seguir poniendo farolas y escondiendo a la
gente que este mismo sistema ha empobrecido y excluido? Vamos, ¡Queremos
presupuestos YA!
Y otra cosa que no llegamos a
entender es ¿por qué en nuestra Andalucía hay un 13% más de personas
empobrecidas que en el resto de España? A ver ¿por qué? ¿Por qué nuestros niños
y niñas fracasan un 5% más que en el resto? ¿Por qué hay un 9% más de paraos?
¿Por qué desde el 2009, se mudaron al barrio de nuestra niña, el de la Extrema
Pobreza, 600.000 andaluces más? ¿Por qué, si vivimos en un mismo país, si
tenemos el mismo rey y el mismo presidente de gobierno? ¿Por qué? ¿Por qué?
Andalucía,
la que divierte
gravao a fuego lleva un puñal
de yunques viejos que la dirigen
y le enseñaron sólo a rezar.
Premio Carlos Cano 2015 para Médicos sin Fronteras por su labor solidaria con los refugiados que huyen del hambre y las guerras.
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