miércoles, 13 de abril de 2016

Plataforma Granada Abierta


Plataforma Granada Abierta

Manifiesto 2 de Enero
Asociación Pro Derechos Humanos
Asociación Memoria Carlos Cano
Asociación Andaluza para la Solidaridad y la Paz
Asociación Mariana Pineda de Maracena
Hombres de Maracena por la Igualdad
Comunidades Cristianas Populares
Mezquita de la Paz
Colectivo Andaluz de Mujeres Musulmanas
Asociación Gitana Anaquerando
Instituto Almenara de Cultura Andaluza
Asociación Granadina Verdad, Justicia y Reparación
Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía
Podemos (Círculo de Derechos Humanos)
Adelante Andalucía
Asociación Democracia y Derecho
Granada Actúa
Stop Desahucios Granada
Fundación Cultura de Paz
Asamblea de Andalucía
Centro de Estudios Históricos de Andalucía.

Artistas que han colaborado con Granada Abierta


Paco Martinmorales


Jesús Conde


Juan Vida


José Garrido


Emilio Zurita


Dolores Montijano


Miguel Moreno


Francisco Calvo


Juan Antonio Díaz


Rosana de Aza




José Manuel Vigueras


Jesús Gil Corral




Santi Idáñez

Granada Abierta fue premiada en 2014 por la Junta con la bandera de Andalucía, en reconocimiento a 20 años de trabajo por el diálogo intercultural.



Granada Abierta con estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada


De Izquierda a derecha: Antonio Romero, Elena Díaz, Paco Vigueras y Consuelo Fernández, representaron a Granada Abierta en las jornadas celebradas en el municipio granadino de Illora..


Antonio Romero, Consuelo Fernández y Paco Vigueras presentaron en Illora el proyecto Por la Convivencia, No a la Toma, que promueve la plataforma Granada Abierta.


Granada Abierta anima al municipio de Íllora a organizar una Fiesta de las Culturas

Granada Abierta ha presentado en Íllora su proyecto 'Por la Convivencia, No a la Toma', invitada por la Asociación Cultural La Pileta, en colaboración con el Ayuntamiento de este municipio granadino.

También ha participado en un debate sobre las Fiestas de Moros y Cristianos, señalando que son "recreaciones históricas sobre episodios de guerra". Según Granada Abierta, "es conveniente evitar fiestas que dividen a los vecinos en dos bandos y que pueden promover la islamofobia". 

En cambio, Granada Abierta ha animado a la Asociación La Pileta a organizar una Fiesta de las Culturas, para "divulgar el legado poético, musical y científico andalusí. Y que tenga además un carácter laico para que pueda participar toda la ciudadanía".


Granada Abierta en el Parlamento Andaluz
ante el busto de Blas Infante

Hemos conseguido que la cámara autonómica rechace la declaración de la Toma 
como Bien de Interés Cultural.


Cartel de este congreso que se inauguró en Bubión.


CONGRESO INTERNACIONAL 

“RECORDAR LA GUERRA, CONSTRUIR LA PAZ”

Con motivo del 450 aniversario de la rebelión de los moriscos en la Alpujarra

Granada Abierta presentó una comunicación en este Congreso Internacional organizado por la Universidad de Granada 


Juan Antonio Díaz y Francisco Vigueras representaron a Granada Abierta en este congreso.


Paco Vigueras durante su intervención en el congreso "Recordar la guerra, construir la paz".


Cartel de este congreso internacional que se clausuró en Laujar de Andarax. 

Comunicación de Granada Abierta

UNA REFLEXIÓN SOBRE LA IDENTIDAD CULTURAL DE LOS MORISCOS

Resumen en español

El caballero morisco don Francisco Núñez Muley intentó demostrar en su Memorial que las costumbres de la comunidad morisca estaban protegidas por las Capitulaciones de Granada, firmadas el 25 de noviembre de 1491. Que dichas costumbres no tenían nada que ver con el Islam, sino que eran propias de su identidad cultural. El Memorial no tuvo éxito y la nueva pragmática de Felipe II contra los moriscos sería la causa principal de la rebelión de la Alpujarra y posterior expulsión de los vencidos.
     Sus descendientes viven hoy en el Magreb, quieren que se reconozca su nacionalidad española y desean volver a la tierra de sus antepasados. El Estado español ha reconocido ya la nacionalidad de los judíos sefardíes, luego sería justo que los descendientes de los moriscos, expulsados ilegalmente al norte de África, recibieran el mismo reconocimiento.

Abstract in English

REFLECTIONS ON MORISCO CULTURAL IDENTITY
Comunicación traducida al inglés por Juan Antonio Díaz

     The Morisco knight don Francisco Nuñez Miley tried to demonstrate in his Memorial that the customs of the Morisco community were under the protection of Capitulaciones de Granada, signed November, 25, 1491. Those customs had no relation to Islam , but were part of their cultural identity. The Memorial has no success and the new law of Phillip II against the Moriscos was the main cause of the rebellion of the Alpujarra and the subsequent expulsion of the defeated.
     Their descendants live in Magreb and they just want to be recognized as Spanish citizens and to come back to the land of their ancestors.
The Spanish state has already given citizenship to Sephardi Jews, and it would be fair to do the same to the Morisco descendants who were expelled also illegally from their land.


Francisco Vigueras Roldán, periodista y escritor.
Juan Antonio Díaz López, profesor de la Universidad de Granada

Sección: Diferencia y diversidad en la Edad Moderna

     El rey Felipe II puso en marcha unas medidas para erradicar las costumbres de la comunidad morisca, que estaban protegidas por las Capitulaciones de Granada[1], firmadas el 25 de noviembre de 1491 por Boabdil, último emir granadino, y los Reyes Católicos. La ofensiva felipista contra los moriscos vulneraba estas Capitulaciones y sería la causa principal de la rebelión de la Alpujarra y posterior expulsión de los vencidos. La nueva pragmática[2] , pregonada en 1567, consistía en una serie de capítulos y ordenanzas, de obligado cumplimiento, en los que se prohibía el hábito morisco en hombres y mujeres; éstas últimas, además, deberían llevar el rostro destapado obligatoriamente y dejarían de alheñarse cara y manos. También quedaban prohibidos los baños públicos, así como las bodas, desposorios o cualquier tipo de fiesta y zambra, con instrumentos ni cantares moriscos, aunque en ellos no se dijese nada contra la religión cristiana. Además, las puertas de las casas deberían permanecer abiertas para comprobar que se respetaba esta pragmática. Al mismo tiempo, decretaba la prohibición de la lengua arábiga y el uso de nombres y apellidos de moros. Por tanto, medidas que suponían una grave alteración de las relaciones sociales, comerciales y culturales, y sobre todo, una amenaza para la supervivencia de la comunidad morisca.

La arabista Mercedes García Arenal, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, nos dice: “Las ordenanzas no sólo eran medidas de represión religiosa o política, tenían también como objetivo hacer desaparecer a los moriscos como grupo cultural”[3]. Fernand Braudel lo definiría como “conflicto de civilizaciones” (4).

 Prohibir el hábito morisco e imponer a las mujeres que llevaran el rostro descubierto eran medidas humillantes. Y la obligación de mantener las puertas de las casas abiertas, una violación del derecho a la intimidad. Por último, la pérdida de los nombres árabes era particularmente importante, “pues suponía la desaparición de linajes y genealogías, y con ello, la desintegración de una estructura social”, según el investigador Julio Caro Baroja (5).

No era la primera vez que se prohibía a los moriscos el uso de su lengua y sus costumbres. Durante el reinado de Carlos V, habían conseguido retrasar estas medidas a base de dinero. Sin embargo, con Felipe II no parecía posible más dilación, por lo que el caballero morisco Francisco Núñez Muley envió a la Audiencia de Granada un Memorial (6) en el que intentó demostrar que tales costumbres nada tenían que ver con el Islam, pues eran propias de su identidad cultural.

Núñez Muley recordaba en su Memorial que cuando los musulmanes granadinos se convirtieron a la fe cristiana, ninguna condición hubo que les obligase a dejar el hábito, ni la lengua, ni las otras costumbres:

 “Y para decir verdad, la conversión fue por fuerza, contra lo capitulado por los señores Reyes Católicos, cuando el rey Abdilehi les entregó esa ciudad”.

En cuanto al vestido morisco, proponía que fuese aceptado como el traje típico de Castilla o Aragón, y la lengua árabe, como el gallego o el catalán.

De nada sirvió la súplica del caballero morisco Francisco Núñez Muley. El Memorial no tuvo el menor éxito y la pragmática entró en vigor, provocando un nuevo levantamiento de la comunidad morisca. Aplastada a sangre y fuego la rebelión, Felipe II mandó preparar, el 1 de noviembre de 1570, la expulsión de 110.000 moriscos granadinos, una de las mayores deportaciones que ha conocido la historia de la humanidad. Sus descendientes viven hoy en Marruecos, Túnez y otros países del Magreb. Se sienten andaluces y, en muchos casos, desean volver a la tierra de sus antepasados.

El ideólogo del andalucismo, Blas Infante, nos enseñó a mirar al otro lado del Estrecho para comprender la dimensión histórica del éxodo andalusí. Su biógrafo, Enrique Iniesta, nos dice (7): “Nuestro notario, inquieto y estudioso, encontró la edad dorada andaluza en los años andalusíes”. Iniesta se refiere al viaje que Infante hizo a Marruecos en 1924 para reunirse con los descendientes de lo que llamó “la diáspora andaluza”. Es decir, los moriscos y judíos que fueron deportados al norte de África por los Reyes Católicos y Felipe II: “Más de un millón de hermanos nuestros –decía Infante-, de andaluces inicuamente expulsados de su solar, hay esparcidos desde Tánger a Damasco”.

Blas Infante visitó en Agmat, al sur de Marrakech, la tumba de Al Mutamid, el rey-poeta de Sevilla, expulsado siglos antes por el fanatismo religioso de los almorávides. Comprendió entonces que al-Mutamid fue víctima de dos enemigos: “La intransigencia ortodoxa del frente sur de su reino (los almorávides) y la presión norteña de los reyes cristianos, ajenos ambos a un genio tolerante del Islam andaluz”. Infante descubrió que los hijos más ilustres de la Andalucía medieval tuvieron que exiliarse, perseguidos por dos integrismos: el almorávide y el católico.

Sin embargo, sus investigaciones trascendieron poco. Asesinado por los franquistas en 1936, la obra de Blas Infante fue silenciada. Se conoce al Infante del Ideal Andaluz, pero no al de la madurez intelectual, que escribió sobre la diáspora andalusí. Hemos seguido sus pasos por el norte de Marruecos en busca de la huella dejada por los moriscos en el exilio. Y hemos descubierto en Chauén que, a pesar del tiempo transcurrido, sus descendientes no han olvidado aquella tragedia y, más aún, mantienen vivo el deseo de volver a la tierra de sus antepasados.

El 14 de febrero de 2002 se celebró en Chauen el Primer Congreso de Historia de al-Andalus que reunió en esta localidad del norte de Marruecos a centenares de musulmanes de origen andalusí. El motivo del encuentro no era otro que conmemorar el Quinto Centenario del primer edicto de expulsión de los Reyes Católicos, decretado el 14 de febrero de 1502.

Hasta diez veces se repetía la expresión “para siempre jamás” en el texto de las Capitulaciones de Granada (1), pero la realidad sería muy distinta. Los Reyes Católicos no tardaron ni ocho años en quebrantar su juramento, valiéndose del cardenal Francisco Ximénez de Cisneros, que ordenó quemar la biblioteca de la Madraza en la Plaza de Bib-Rambla y emprendió una campaña de conversiones forzosas en 1499. Urdieron estas medidas para provocar la rebelión de los moriscos que, una vez aplastada, les dio la excusa para decretar la primera expulsión. Como ya hemos mencionado antes, con Carlos V los moriscos lograron una tregua, pero con Felipe II volvió a repetirse la calculada maniobra y esta vez no pudieron impedirlo con dinero: vulneración de capitulaciones, rebelión y segunda expulsión. Y con Felipe III, llegaría en 1609 la expulsión general.

CARTA ABIERTA AL REY DE ESPAÑA

En el año 2002, los musulmanes de origen andalusí, reunidos en Chauen, pidieron la reparación de aquel agravio histórico, a través de la siguiente carta del historiador Mohamed Ibn Azzuz Hakim, dirigida al entonces Rey de España, Juan Carlos I (8):

Majestad:

“Con su venia, tengo el honor de dirigirle esta carta abierta, motivada por el V Centenario del primer Edicto de expulsión de los musulmanes andalusíes, dictado por los Reyes Católicos, el 14 de febrero de 1502, que fue el primer acto de la gran tragedia de al-Andalus, cuyo acto final lo constituyeron los Edictos de expulsión de los moriscos, dictados por Felipe II en 1567 y Felipe III en 1609.

Es verdad que la medida de expulsión no afectó sólo a los musulmanes andalusíes, sino que también hubo otro Edicto anterior, dictado por los mismos Reyes Católicos, de fecha 31 de marzo de 1492, por el que fueron expulsados los judíos sefardíes. Pero V.M. ha tenido a bien reparar el agravio hecho al colectivo judío, revocando el Edicto del año 1492 y presentando públicamente la excusas debidas a los judíos (sefardíes o no) en la persona del presidente de Israel.

Como el gallardo gesto de V.M. hacia los judíos sefardíes tuvo lugar con ocasión del V Centenario de su expulsión de España; nos permitimos recordar a V.M. que el día 14 de febrero de 2002 se cumple también el V Centenario de la expulsión de los musulmanes andalusíes, por lo que sus descendientes se creen asimismo acreedores de una reparación del agravio hecho a sus antepasados. Y consideran que es de justicia que el anuncio de la revocación de todos los Edictos de expulsión y el reconocimiento público de los viejos errores cometidos tenga lugar en Granada, en presencia de S.M. el Rey de Marruecos.

Además de la reparación moral, los musulmanes de origen andalusí piden un tratamiento preferencial en la Ley de Extranjería, similar al que tiene la comunidad sefardí. De los musulmanes andalusíes nadie se acordó a la hora de redactar dicha Ley. Por eso, cuando se elaboraba la nueva Ley de Extranjería, hicimos gestiones cerca de la Presidencia de las Cortes Españolas, en el sentido de que se repare esta nueva injusticia cometida contra los musulmanes de origen andalusí, que no eran menos españoles que los judíos sefardíes.

Es gracia que esperan merecer de V.M. los musulmanes marroquíes de origen andalusí, cuyo número supera el millón de almas, que ostentan con orgullo el apellido genuinamente español y conservan celosamente su cultura vernácula heredada de sus antepasados, que eran españoles cien por cien, y por lo tanto sus descendientes tienen derecho moral a recuperar su identidad histórica en el Estado de Derecho de la España plural de nuestros días, donde desean tener, por lo menos, el mismo trato preferencial otorgado a los judíos sefardíes en la ley de extranjería”.

Es decir, lo que reclamaba Mohamed Ibn Azzuz Hakím, en nombre de la comunidad morisca en el exilio, es un tratamiento que les permita volver a la tierra de sus antepasados, por entender que éstos fueron expulsados ilegalmente, como resultado del quebrantamiento de las Capitulaciones de Granada. Derecho al retorno que reivindican, desde hace años, los exiliados que viven en el norte de Marruecos, Una diáspora magistralmente documentada por este hispanista e historiador de origen almeriense.

Azzuz Hakim es descendiente de una familia andalusí que vivió en la villa de Cariatiz (provincia de Almería). En su árbol genealógico figuran los apellidos: Murcia, Alicante, Redondo, Cáceres, Cárdenas, Rellán, Ruiz, Sarriá, Segura, Vera, Marchena, Ponce, Sobras y Abril. Pero el historiador no sólo aporta su propia ascendencia, ha recopilado también dos manuscritos y un centenar de testimonios, escritos en árabe, sobre la caída de Granada, la expulsión de los musulmanes del reino nazarí y su deportación y establecimiento en Marruecos. Es la prueba más fehaciente de que la memoria histórica del exilio andalusí continúa viva.

Según Azzuz Hakim, los edictos de expulsión daban a los musulmanes un plazo de dos meses para abandonar la patria de sus abuelos si no abrazaban la religión cristiana. Los descendientes de loa andalusíes exiliados en Marruecos –añade el historiador – sabían que sus antepasados se habían instalado precisamente en las costas del Rif y de Gomara, con la esperanza de volver algún día a su patria perdida. En el manuscrito del alfaquí Barhum se pone de manifiesto que todavía a principios del siglo XIX se conservaba viva esa esperanza, ya que el mismo alfaquí nos dice que conservaba las llaves de dos casas que sus antepasados poseyeron en Granada, como le constaba que otras familias de la villa de Tagassa poseían las llaves de sus casas abandonadas en al-Andalus.

DERECHO AL RETORNO

Salah Den Ajha Garnati quiso volver a Granada en 1995, apelando a su origen andalusí. Con este fin, puso en marcha un proceso judicial para reclamar su derecho al retorno. El juez dictó sentencia, ordenando la expulsión de Salah Garnati, pero éste no se dio por vencido y decidió interponer un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. A pesar de que el citado recurso paralizaba la orden de expulsión, a la espera de sentencia firme, Salah Garnati fue obligado a regresar a Tetuán, Marruecos (9). Pasaron los años sin tener noticias de aquel recurso y fue entonces cuando pidió amparo al Defensor del Pueblo Andaluz, pero José Chamizo no pudo hacer nada. Investigó el caso y envió la siguiente carta a Salah Den Ajha Garnati (10):

“Su representante legal en los referenciados autos se desistió del procedimiento tres meses después de haber conseguido la orden de paralizar la expulsión, (desistirse es un término jurídico que significa abandonar voluntariamente el procedimiento judicial emprendido, solicitando que no siga adelante)… al haberse desistido el Recurso interpuesto, la sentencia adquirió firmeza”.

De la carta se desprende que Salah Den Ajha Garnati fue víctima de indefensión por parte de su abogado, que nunca consultó a su defendido la decisión de “desistir” el recurso. Estaríamos pues ante un presunto caso de prevaricación y deslealtad profesional con el que se pretende desanimar a los musulmanes de origen andalusí para que no reclamen por la vía judicial su derecho al retorno.

PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA

También desde Andalucía se han impulsado iniciativas para hacer justicia histórica a los moriscos expulsados y a sus descendientes. En 2010, la Fundación Blas Infante presentó oficialmente la candidatura para que se concediera el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia a la comunidad morisca (11). La candidatura contó con el apoyo de intelectuales como el Nóbel de Literatura, José Saramago, el escritor libanés, Amín Maalouf, o los filósofos Samí Nair y Juan Goytisolo.  Asimismo, se unieron expertos internacionales en historia de los moriscos como Bernard Vincent, profesor de La Sorbona de París, Francisco Márquez Villanueva, catedrático emérito de Harvard, o la directora de cine Izza Genini.

A la candidatura se unieron igualmente dos figuras simbólicas: Mansur Escudero, presidente de la Junta Islámica de España, y el sacerdote Jesús Sánchez-Adalid, en representación de un colectivo de cristianos. Además, 3.000 personas firmaron su adhesión a esta candidatura, que se presentaban 18 años después de que los judíos sefardíes recibieran este mismo premio en 1992, con motivo de los 500 años de su injusta expulsión. Por tanto, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia se convertía también en una forma de reparar el agravio comparativo entre judíos y moriscos.

Entre los firmantes estaba el diputado José Antonio Pérez Tapias, que años antes había presentado en el Congreso una iniciativa parlamentaria en la que pedía el reconocimiento de la injusticia cometida contra la comunidad morisca, formada por miles de personas en todo el mundo. Y el hispanista Ian Gibson, firme defensor de una España multicultural reconciliada con su pasado, que recordaba las palabras del poeta Federico García Lorca: “Yo creo que el ser de Granada me inclina a la comprensión simpática de los perseguidos. Del gitano, del negro, del judío… del morisco que todos llevamos dentro”.  El biógrafo lorquiano había destacado en 2002, cuando dio su apoyo al historiador Mohamed Ibn Azzuz Hakim, que vino a la ciudad de la Alhambra para pedir justicia, invitado por la Plataforma Granada Abierta. Como decía Ian Gibson: “¿Por qué don Juan Carlos pidió disculpas a los judíos sefardíes y no al medio millón de moriscos andalusíes, arrojados con saña de su patria? (12). Precisamente, la candidatura, que se definió como “ciudadana, laica, libre, independiente y plural”,  se presentó en la Casa de Sefarad de la capital cordobesa.

Sin embargo, han pasado los años y ni la carta-protesta dirigida por Azzuz Hakim al Rey de España en 2002, ni la candidatura al Premio Príncipe de Asturias en 2010, han obtenido respuesta. La deuda histórica con los moriscos sigue pendiente.


(Nota 1) Capitulaciones de Granada del 25 de noviembre de 1491, que se puede consultar en la Biblioteca Nacional de Madrid.

(Nota 2) Pragmática contra los moriscos de Felipe II, pregonada en 1567, que se puede consultar en la Biblioteca Nacional de Madrid.

(Nota 3) Los moriscos, artículo publicado por la arabista Mercedes García Arenal, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el libro colectivo Granada por la Tolerancia, editado en el año 2000 por la Consejería de Relaciones con el Parlamento de la Junta de Andalucía.

(Nota 4) El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, libro de Fernand Braudel, publicado por Fondo de Cultura Económica, Madrid 1993.

(Nota 5) Los moriscos del Reino de Granada, libro de Julio Caro Baroja, publicado por Editora Nacional de Madrid en 1975.

(Nota 6) Memorial en defensa de las costumbres moriscas, de Francisco Núñez Muley, publicado por Linkgua Ediciones, 2009.

(Nota 7) Al-Andalus en Blas Infante, libro de Enrique Iniesta Coullaut-Valera , publicado por Darek Nyumba en Madrid (1998).
        
(Nota 8) La tragedia de al-Andalus, libro publicado por el hispanista marroquí Mohamed Ibn Azzuz Hakim, que incluye una Carta abierta al Rey de España. Editado por el propio autor en el año 2002.

(Nota 9) Los descendientes de los moriscos quieren volver, artículo de opinión publicado por Francisco Vigueras Roldán en el diario Granada Hoy, con motivo del Congreso Internacional celebrado en Granada, del 13 al 16 de mayo de 2009, para conmemorar el cuarto centenario de la expulsión general de los moriscos.
 
(Nota 10) Carta del Defensor del Pueblo Andaluz, don José Chamizo de la Rubia, remitida el 5 de julio del año 2002 a don Salah Den Ajha Garnati, residente en Tetuán (Marruecos).

(Nota 11) Intelectuales y creadores proponen a los moriscos andalusíes para el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, noticia difundida el 5 de abril de 2010 por la agencia Europapress/Andalucía.

(Nota 12) Moriscos, artículo de opinión publicado por el hispanista Ian Gibson, el domingo 11 de enero de 2009, en el diario Público.



[1] Capitulaciones de Granada del 25 de noviembre de 1491, que se puede consultar en la Biblioteca Nacional de Madrid.
[2]
[3]


























































1 comentario:

  1. Menuda pandilla de imbéciles. Lo único que tenéis abierto es el ojete. Viva España!.
    Que tengáis un año de mierda, catetos.

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